Desde la aparición de los Macintosh, los cuales aportaron toda una revolución gráfica tanto en el sistema operativo como en sus fuentes de letras, la manipulación de gráficos y texto cambió por completo. La técnica WYSIWUG (What You See Is What You Get) permitía trabajar en la pantalla con documentos los cuales mostraban exactamente el resultado final (algo que nos parece totalmente natural hoy día). Por lo tanto, es lógico que, a la vez que los Macintosh, también había que evolucionar las impresoras para plasmar todos esos trabajos en papel.
Apple fabricó su primera impresora matricial gráfica (la primera impresora fabricada por Apple fue la Silentype en 1979, de la que hablaremos en otro post) en 1984, igual que el Macintosh. La ImageWriter, era capaz de imprimir lo que había en la pantalla del ordenador directamente en papel, algo realmente espectacular para aquella época. Pero claro, para un usuario estos resultados eran más que suficientes, pero no para una empresa. Apple tenía que conseguir un producto capaz de imprimir con suficiente calidad con fines comerciales o empresariales a un precio competitivo.
Figura 1. Impresora ImageWriter y manual original, fabricada por Apple en 1984. Fuente. |
Impresora LaserWriter original. Fuente. |
En aquellos tiempos, las impresoras láser eran realmente grandes (como fotocopiadoras), con varios componentes adicionales incluidos (a veces hasta con su propio ordenador), pero además, estas no tenían conectividad de red independiente. La impresora LaserWriter tenía un tamaño realmente pequeño (24x47x41) pero además ofrecía plena conectividad de red (utilizando el protocolo AppleTalk) de hasta 40 ordenadores Mac. Es decir, la impresora se conectaba a la red como un equipo más de la misma para que todos pudieran imprimir por ella. Esto que nos parece algo trivial hoy día, hasta que apareció esta impresora, estas solían estar conectadas siempre a un ordenador dedicado desde el cual realizar el trabajo. LaserWriter, en cambio, tenía su propia conexión de red independiente y los usuarios podían enviar los trabajos desde sus ordenadores.
Figura 3. Apple Macintosh Plus conectado a una LaserWriter. Fuente. |
Otra de las características que ofrecía era el lenguaje PostScript (base por ejemplo del formato PDF) tan extendido hoy día y creado por Adobe Systems (por cierto, esta maniobra comercial fue clave también para el éxito de Adobe como empresa). Ambos consiguieron la simbiosis perfecta para crear una máquina capaz de plasmar en papel exactamente lo que se veía en pantalla. Ahora ya entendemos mejor por qué los ordenadores Apple son muy queridos y utilizados en el mundo del diseño por ordenador ... ya que, prácticamente, lo inventaron ellos ;)
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