La única cosa que obtuvo una mención fue la seguridad que Pegatron, el compañero de ensamblaje de Apple utiliza para mantener sus productos escondidos y a salvo de las fugas. La fabricación tiene que comenzar unos meses antes del lanzamiento del producto, y siempre es un intrincado juego entre Apple y los leakers el mantener los componentes de los nuevos terminales en secreto. El Businness insider Zeng describió en una entrevista los procesos de seguridad llevados a cabo dentro de la fábrica, los cuales dependen del dispositivo en el que se esté trabajando.
“Tenemos un vestuario. Ahí es donde los usuarios se cambian de ropa, introducen sus teléfono, llaves, ropa y objetos metálicos. Para acceder debemos pasar nuestra tarjeta además debemos pasar un reconocimiento facial. Una vez estas dentro, esperas en una fila para pasar a través de un detector de metales. Dentro de las fábricas ningún tipo de metal está permitido, por lo tanto no creo que nadie lleve una cámara o algo parecido dentro de ellas.”
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Figura 1: Cadena de montaje de iPhone. |
Zheng afirma que incluso los directores de la fábrica, que tienen permitido llevar teléfonos, tienen que demostrar que no están intentando extraer un teléfono de contrabando enseñando sus dispositivos en el control de seguridad y pulsando todos sus botones, ya que anteriormente se dieron casos en los que algunos teléfonos fueron sustraídos dentro de carcasas de otros dispositivos.
A pesar de sus mejores esfuerzos, los componentes de los nuevos terminales de Apple son filtrados habitualmente. La fuga más notable que ha sufrido Apple en todos los tiempos, sucedió justo después del lanzamiento del iPhone 4, cuando un ingeniero de Apple olvidó un prototipo accidentalmente en un bar, donde fue encontrado y vendido a Gizmodo.
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