En el artículo de la semana pasada hablamos del primer fracaso de la empresa Apple , el Apple III. El nacimiento de este ordenador estuvo más influenciado por el departamento de marketing que por los mismos ingenieros. Este factor más las exigencias poco realistas impuestas por Steve Jobs llevaron finalmente a la fabricación de un ordenador con muchos problemas de funcionamiento que trajo de cabeza al servicio técnico de Apple.
De hecho, el principal problema estaba centrado en su carcasa. Steve Jobs no quería ventiladores por temas de diseño, así que era muy frecuente que el ordenador se sobrecalentara en exceso. Pero no era sólo la falta de ventiladores, además apenas tenía ranuras de ventilación y el único medio de evitar el sobrecalentamiento era una gran base de aluminio, parte principal de la carcasa. Este diseño no era suficiente para disipar todo el calor generado por unas placas de circuitos demasiado pobladas.
Figura 1. Detalle de la carcasa del Apple III donde se aprecian los disipadores de calor. Fuente. |
El problema principal del Apple III era que los circuitos integrados que estaban montados sobre un socket (zócalo), con el calor se iban desajustando de su posición haciendo cada vez menos contacto y por lo tanto fallando. Pero ese no era el único problema, además tenía un diseño de PCB demasiado ajustado, juntando demasiado las pistas, problemas con el reloj interno, problemas con los circuitos de memoria, circuitos integrados derretidos (incluso algunos discos floppy también), etc.
Figura 2. Ejemplo de la densidad de las pistas en las PCB del Apple III. Fuente. |
La famosa revista BYTE reportó en 1982 el primero de los problemas que hemos mencionado, algunos circuitos integrados se salían de su sitio por el calor. Esto provocaba que los usuarios afectados veían aparecer caracteres extraños en la pantalla o incluso el ordenador dejaba de arrancar.
Un día, un de los primeros empleados de Apple, Daniel Kotte, harto de los errores que le estaba dando el ordenador Apple III lo levantó unos centímetros y lo dejo caer a plomo. Para su sorpresa, el ordenador inmediatamente volvió a la vida y empezó a funcionar correctamente. Kotte había encontrado la solución al problema que traía de cabeza a los ingenieros de Apple. Así que el servicio técnico recomendaba realizar esta acción, levantarlo entre dos y tres pulgadas y dejarlo caer.
Figura 3. Esquema de cómo había que dejar caer el Apple III. Fuente. |
Una curiosidad antes de finalizar el artículo. Daniel Kotte sabía perfectamente que el problema del Apple III estaba centrado en los circuitos integrados, pero no dijo nada. Por aquella época Kotte, a pesar de ser la persona que trabajó codo con codo con Steve Wozniak y Steve Jobs en la creación de los primeros ordenadores Apple, Steve Jobs lo rebajó a un "ingeniero de perfil bajo", según las mismas palabras de Jobs. Esto le supuso no obtener ninguna acción de la empresa cuando esta se fundó perdiendo miles de dólares. Así que es posible que Kotte no informara del problema por venganza, quien sabe.
No intentéis hoy día reparar ningún ordenador Apple (ni cualquier otro) levantándolo y tirándolo contra la mesa ;) . Feliz Verano, nosotros no descansaremos en SeguridadApple y seguiremos contando historias y noticias de la empresa de la manzana.
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